Las Etiquetas De Los Alimentos

Lees las etiquetas de lo que compras?

Cada vez somos más las personas que dedicamos tiempo a leer las etiquetas de lo que ponemos en el carro de la compra.

Sé que la vida diaria no te deja demasiado tiempo para pararte a leerla pero incluir unos instantes para saber qué vas a comer, merece la pena.

Comprobar las etiquetas de los alimentos puede resultar un poco tedioso. Sin embargo, muy pronto te acostumbrarás y no querrás dejar de hacerlo. Tu tranquilidad es primordial a la hora de alimentarte.

Por eso, en este artículo quiero mostrarte algunos puntos, para que, poco a poco, introduzcas esta rutina en tu compra habitual.

  1. Revisa la lista de ingredientes. Todo, absolutamente, debe ser tenido en cuenta. El ingrediente que primero aparece en la lista, es aquel cuya proporción es mayor en el producto. Si en la etiqueta de tus galletas, el primero que aparece es azúcar, sabrás que el ingrediente que más contienen tus galletas es el azúcar. Y así, en orden descendente. Azúcar, harina, aceite de girasol…. Su mayor contenido es en azúcar, el siguiente la harina, después el aceite de girasol.
  2. Alérgenos. La normativa dice que aquellos alimentos susceptibles de intolerancias o alergias, deberán ir destacados en negrita, subrayado o MAYUSCULA. Así pues, si en la etiqueta dice: huevo, leche, sésamo u otro alérgeno, cualquiera de estas palabras debe destacarse de alguna de las 3 formas que he señalado.
  3. Cuantos menos ingredientes, mejor que mejor. Si compras fresas frescas, verás que sus ingredientes son eso, fresas. Son alimentos frescos, perecederos, que no llevan nada. Evita entonces, en la medida de lo posible, que tus alimentos contengan nombres que ni te suenan. Cuantos menos, mejor. Eso no significa que no estén aprobados por la Industria Alimentaria.
  4. Azúcares. Las etiquetas de los alimentos pueden contener numerosos nombres que disfrazan la palabra azúcar. Maltosa, lactosa, glucosa, siropes, dextrosa… Cuantos menos azúcares, mejor. No obstante, hay alimentos que contienen azúcares de manera intrínseca, es decir, azúcares propios del alimento. Este es el caso de las frutas, que contienen fructosa de manera natural. Esto debe reflejarse también en la etiqueta.
  5. Sal. Cloruro de sodio, glutamato monosódico, bicarbonato de sodio. Son palabras que nos advierten de la presencia de sal. Lo mismo que en el caso del azúcar, cuanto menos, mejor. De la misma manera, hay alimentos que contienen sodio naturalmente como es el caso de las espinacas.
  6. Las temidas grasas. Vigila que lo que compres tenga el menor contenido posible en grasa hidrogenada, grasa de palma, grasa trans, grasa saturada. Por supuesto, productos como la carne ofrecen alta cantidad en grasa saturada, de manera natural.
  7. Conservación. Es importante seguir las instrucciones de la etiqueta, para conservar los alimentos adecuadamente. Puede que requieran condiciones de frío específicas, como los yogures. Puedes encontrar indicaciones como “una vez abierto conservar en el frigorífico”, entre otras.
  8. Las etiquetas deben ofrecer las fechas dentro de las cuales deben consumirse los productos. Fecha de caducidad, fecha de consumo preferente. En el caso de fecha de caducidad, esta nos indica la fecha a partir de la cual ese producto NO debe consumirse. Si hablamos de consumo preferente, esto significa que a partir de la finalización de consumo preferente, el alimento puede perder características organolépticas pero no supone un riesgo para la salud.
  9. Declaración nutricional. Normalmente en forma de tabla. Podemos ver el contenido en proteína, carbohidratos, fibra, valor energético en forma de calorías, sal, entre otros. Suele expresarse en cantidad por cada 100 gramos/ mililitros. También podemos encontrar el contenido nutricional por porción de consumo habitual.

Sé que estás pensando “tengo que leer todo eso cada vez que voy a hacer la compra?”. No, no estás obligado a hacerlo pero mi consejo es que lo hagas, poco a poco. Sabrás a conciencia qué estás llevando a casa. Sabrás qué vas a comer y si puedes hacerlo con tranquilidad. Si tienes alguna alergia o intolerancia, será imprescindible. En fin, que si quieres velar por tu salud, te convendría hacerlo.

Te resulta complicado leer las etiquetas?

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