La Composición de los Alimentos

La composición de los alimentos es un tema al que frecuentemente aludimos, por la importancia que tiene para nuestra alimentación y nuestra salud.

A menudo insistimos en que debemos leer las etiquetas de lo que compramos, para estar al tanto de que hacemos lo correcto, de que elegimos lo más adecuado para nosotr@s y para nuestra familia.

Y así, es, pues, por muy mal que

suene decirlo, la industria alimentaria no es precisamente amiga de nuestra salud y, aquella parte que sí presume de serlo, ofreciéndonos productos recomendables, parece tener en cuenta sólo a ciertos bolsillos que puedan permitirse el lujo de alimentarse bien.

La composición de los alimentos que compramos, ha variado muchísimo, más en estos últimos tiempos, donde hay que abaratar costes y, por supuesto, esto va en detrimento de la calidad.

Así ha resultado ser, tras el análisis de la composición de ciertos productos de conocidas cadenas de hipermercados a nivel mundial. Sabemos que desde la entrada en la tan nombrada crisis, las marcas blancas han adquirido gran importancia a la hora de llenar la cesta de la compra, porque comer ahora, resulta ser más que una necesidad o si lo prefieres un placer, una compleja operación matemática.

Si hablamos de marcas blancas, que además, son las que más han encarecido últimamente, vemos cómo la composición de los alimentos, lejos de ser coherente, es un verdadero insulto, porque no nos engañemos, una salsa boloñesa con un 10% de carne, de una conocida cadena, no es sino una tomadura de pelo, eso sí, si podemos permitirnos gastar el doble de lo que cuesta esta opción, podremos tener una salsa boloñesa con un 25% de carne. No resulta gracioso? En absoluto.

Otro ejemplo conocido en cuanto a la composición de los alimentos es el guacamole, en esta misma cadena, donde sencillamente el porcentaje de aguacate es de un 0,7% y, en este caso, es todavía peor, pues el precio es casi el mismo que el de otra marca cuyo contenido de aguacate es de un 27%. No crees que asusta?

Parece que se da por sentado que, los consumidores no leemos las etiquetas de lo que compramos, las marcas blancas suben de precio espectacularmente y la calidad baja de manera todavía más espectacular, si cabe. Y es que, en este sentido no puedo quitar la razón por completo a la industria alimentaria, me explico, sencillamente los fabricantes no están acostumbrados a que el consumidor se informe realmente de lo que están comprando, por tanto, venden lo que les place, saben que pueden hacerlo.

Me viene a la mente otro ejemplo fantástico de la composición de los alimentos en un producto que se vende como “Pato a la Naranja”, que curiosamente, tiene un contenido de 0% de pato, porque es pavo, pero debe ser un pavo maravilloso, porque su precio es el de un caro manjar.

Estas son las cosas que realmente enfadan, que realmente consiguen que dejemos de creer en lo que vemos cada día y que te llevan a desconfiar de casi todo.

Desde nuestro humilde blog, lo único que podemos es, insistir, una vez más en que te animes a leer la composición de los alimentos en las etiquetas de todo cuanto compras; realmente no te tomará demasiado tiempo, una vez te acostumbres y merece la pena.

Aunque ahora, después de tanto desencanto, viene la gran pregunta : realmente la composición de los alimentos que podemos leer en las etiquetas es real? Son verdaderas?

Espero que este artículo haya sido de tu interés.

Te deseo un día lleno de felicidad.